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Las universidades de Colombia le apuestan a la sostenibilidad y a la protección ambiental

Algunas instituciones no solo ofrecen educación en sostenibilidad, sino que también cultivan actitudes y habilidades en sus estudiantes para abordar desafíos ambientales, sociales y económicos.

Por: Contenido especial

 

Las universidades tienen un papel esencial en el avance del desarrollo sostenible en un país. Su contribución no solo es ofrecer conocimientos y habilidades a los estudiantes, también incluye que estas instituciones deben cultivar una mentalidad y actitud en sus alumnos que les permita ser líderes en la promoción de prácticas sostenibles y en la resolución de los desafíos ambientales, sociales y económicos que enfrenta la sociedad.

 

Los estudiantes son preparados para que comprendan las necesidades y preocupaciones de las comunidades y el entorno natural. Su contribución es esencial para abordar los problemas globales y locales en un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad.

 

Andrea Escobar Vilá, Directora Ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación (ExE), recuerda que la aprobación de la ley 1549 de 2012 marcó un hito en la promoción de la educación ambiental en Colombia al establecer el derecho y la responsabilidad de participar en procesos educativos relacionados con el medio ambiente. 

 

Y bajo este marco institucional se consolidaron los Proyectos Ambientales Escolares (PRAE), que buscan, en todos los niveles educativos de instituciones públicas y privadas, incorporar curricularmente problemas como cambio climático, cuidado del agua, gestión de residuos, cuidado de la biodiversidad, etc. Esta es la principal herramienta de las instituciones educativas para abordar este tema. 

 

Escobar Vilá dice: “A pesar de los casos exitosos, aún existen desafíos en la implementación de estas políticas, que requieren un compromiso conjunto de los ministerios, secretarías, gobiernos locales y otros actores para garantizar que los PRAE se adopten como un enfoque educativo que desarrolle competencias y soluciones con un propósito genuino y no como una imposición gubernamental”.

 

En cuanto a la participación de las universidades en la protección del entorno natural, reconoce su papel crucial en la formación, investigación y contribuciones sociales relacionadas con la sostenibilidad ambiental. 

 

La Universidad Ean, por ejemplo, asumió el compromiso en esta área desde la adopción de su Política de Sostenibilidad y Emprendimiento Sostenible. “El propósito de la institución —explica Maria Eugenia Rinaudo, su Directora de Sostenibilidad–, es fortalecer las habilidades y capacidades de sus estudiantes para abordar los desafíos actuales con innovación y creatividad. Para respaldar este compromiso, se creó la Dirección Ean Sostenibilidad, una entidad vinculada a la rectoría que promueve la innovación sostenible en diversos sectores y escalas”.

 

Entre tanto, la estrategia de sostenibilidad de la Universidad del Rosario, UR Sostenible, pretende incorporar en todos sus procesos institucionales “una visión sistémica bajo un enfoque biocéntrico que marque una ruta hacia la sostenibilidad a través del aprendizaje experiencial”, según Claudia Dulce Romero, Directora de Extensión y Egresados de esta institución. 

 

Y se basa en cuatro pilares: docencia, investigación, extensión y campus sostenible. Procura promover estilos de vida más sostenibles en la comunidad universitaria a través de la integración de la sostenibilidad en el currículo, la investigación aplicada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), salidas de campo relacionadas con la naturaleza y las comunidades, y la construcción de un campus sostenible.

 

En las regiones también hay esfuerzos. Uninorte, de Barranquilla, ante el desafío del cambio climático, promueve cursos y programas especializados que abarcan disciplinas diversas, dándoles a los estudiantes una comprensión de los aspectos científicos, sociales, económicos y políticos relacionados con esta problemática.

 

Su énfasis es en la práctica y la experiencia en el campo para que los estudiantes apliquen sus conocimientos y comprendan los desafíos y soluciones del cambio climático. La promoción de la sostenibilidad en el campus incluye iniciativas que van desde la eficiencia energética hasta la movilidad sostenible. La interdisciplinariedad, la colaboración con la industria y el gobierno, y el aprendizaje activo es uno de sus propósitos para formar líderes en la lucha contra el cambio climático. 

 

Por otra parte, en materia de investigación, la Universidad de los Andes, a través del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo (CIDER), aporta en relación con el desarrollo sostenible. El proyecto Análisis de los instrumentos de planificación territorial y ambiental busca integrar los lineamientos nacionales de cambio climático en la planificación territorial y ambiental e incorporar la gestión del riesgo en la planificación del desarrollo de manera coordinada.

 

Igualmente, aborda la gobernanza climática donde destaca la participación ciudadana y la integración de estrategias en la planificación territorial y ambiental, incluyendo la reducción del riesgo y escenarios climáticos precisos.

 

Escobar Vilá explica que las universidades tienen tres funciones clave: “educar a jóvenes y adultos, realizar investigación científica y contribuir socialmente. Entre estas contribuciones destaca la protección del medio ambiente, que es una parte institucionalizada de su compromiso. Esto se traduce en la formación de docentes en temas ambientales, el fomento de habilidades de sostenibilidad y programas de conciencia ambiental para la población general”.

 

Desde una perspectiva administrativa, se refleja en planes de responsabilidad socio ambiental, informes de compromiso ambiental, estrategias de comunicación y asignación de recursos. La investigación y formación ambiental trascienden lo académico y contribuyen a la protección a largo plazo de los ecosistemas y servicios que sustentan la sociedad, fomentando una convivencia más armónica con el entorno urbano, que depende de la calidad del medio ambiente.

 

En 2022, la Universidad del Rosario lanzó el proyecto Ruta País Sostenible, como parte de su estrategia UR Sostenible. Claudia Dulce Romero dice que el proyecto busca crear conciencia sobre el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Colombia, que es vital para la biodiversidad y el bienestar del país. En un año, cerca de 200 miembros de la comunidad universitaria han experimentado estas áreas, beneficiando a las comunidades locales y su economía. A largo plazo, se espera que esta experiencia fomente la conservación del patrimonio natural del país.

 

Los programas en la Universidad Ean integran la sostenibilidad y el emprendimiento sostenible, difundiendo su compromiso y fomentando cambios positivos en múltiples aspectos. Y busca no solo educar a estudiantes y docentes, sino también a colaboradores y terceros. Esto es central en su trabajo para fomentar soluciones que puedan convertirse en emprendimientos y modelos de negocio a través de la transdisciplinariedad.

 

Así, las universidades son actores clave en la promoción del desarrollo sostenible al formar profesionales conscientes y alentar prácticas responsables con el medio ambiente. Contribuyen al conocimiento y la protección de los ecosistemas, garantizando su disponibilidad para las generaciones futuras y abordando desafíos ambientales desde una perspectiva crítica y científica.

 

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